Inicio entrellado
¿Quién dijo que la vida real no inspira? No lo dudaba, éste sería un Año Nuevo distinto. Tras intensos doce meses en que había vivenciado todos los condimentos, podía concluir que los sucesos positivos, habían superado, por lejos a los otros, esos que uno prefiere dejar atrás y asignarles un cómodo lugar en el olvido. Allí estábamos, levantando las copas de Ananá Fizz y de juguito, para la menor de la familia, a la hora cero. Turrones, garrapiñadas y demases calóricos clásicos se compartieron alrededor de la mesa, entre abrazos presenciales y audios mediante los teléfonos. Todo muy normal, sí, como cada primero de enero a partir de la medianoche. Al instante menos pensado, "pum", los ruidos se disiparon y nos quedamos completamente a oscuras. Luz de emergencia de por medio, y conectando los datos móviles, recibo mensajes por un grupo de Whatsapp anunciando que en mi edificio también se había cortado, así como en media Capital más. Emprendimos el camino a mi hogar por las ca...