Alas de papel





Un cuaderno, para cada persona tendrá un valor diferente. O simplemente carecerá de él. 


La utilidad del mismo, podrá danzar entre tareas escolares, listas de compras, bocetos de dibujo, planes de estrategias, proyectos, prácticas de ejercicios, acordes musicales, recetas de cocina, borradores de cuentos, recordatorios de fechas importantes, presupuestos mensuales de gastos, cartas y tantos montones más.

Dependerá del propósito  para el  cual se haya adquirido, o en algunos casos, obsequiado, como es el caso de tantos que  me han regalado distintos amigos. 


       Mi cuaderno es de tapa blanda, estampada por fuera de muchos colores combinados irregularmente. Su cubierta y contracubierta hacen desfilar  sus soberbias gamas ondulantes de rojos, anaranjados,  verdes, amarillos, marrones y vetas negras, con amplio  desparpajo. Su dibujo es abstracto y se asemeja a una tela,  ya que pueden notarse pliegues desordenados, como  arrugas arañadas  por el tiempo.

Al tacto, se siente suave pero con textura, un leve volumen que genera una sensación extraña pero agradable, confortable, se parece a ciertos tipos de madera.


      Por dentro, contiene hojas lisas, más bien gruesas, de un color ahuesado. Desde hace un tiempo, casi la totalidad de éstas, están cubiertas por escritos míos con birome de tinta negra.


Entre medio de algunas páginas, yacen varios papelitos de colores con anotaciones adicionales, como así también, pétalos de rosas rojas y una hoja seca de árbol que recogí una tarde soleada de otoño.


     Recorrer estas hojas de papel me genera una sensación de privacidad y refugio, como  si se tratara de un cofre lleno de tesoros donde derramé mi propio corazón,  pues me veo reflejada en cada rincón, donde fueron depositados mis pensamientos y sentimientos con genuinidad y naturalidad.


      Leer estos versos me despierta recuerdos, activan mi memoria plagándola de dulces momentos, vívidas emociones y valiosos momentos personales, significativos para mí.





Comentarios

  1. Hola, Jazmín! Me encanta esta obra. Todo en ella me resulta cercano, íntimo, palpable. Y el título es casi un microcuento en sí mismo. Te felicito! Cariños!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Pablo, muchísimas gracias por pasar. No lo había encontrado antes el comentario. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo!

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Murmullos

Microcuento: El banquete

Inicio entrellado